La Inquisición condena a cuatro científicos.
Artículo … 1.745.
Categoría … Historia.
Publicado por … Benjamín Castro.
La Inquisición fue una institución judicial creada por el pontificado en la Edad Media, con la misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas culpables de herejía. En la Iglesia Primitiva la pena habitual por herejía era la excomunión.
Con el reconocimiento del cristianismo como religión estatal en el siglo IV por los emperadores romanos, los herejes empezaron a ser considerados enemigos del Estado, sobre todo cuando habían provocado violencia y alteraciones del orden público. San Agustín aprobó con reservas la acción del Estado contra los herejes, aunque la Iglesia en general desaprobó la coacción y los castigos físicos.
La Inquisición en sí no se constituyó hasta 1.231, con los estatutos Excommunicamus del papa Gregorio IX. Con ellos el papa redujo la responsabilidad de los obispos en materia de ortodoxia, sometió a los inquisidores bajo la jurisdicción del pontificado, y estableció severos castigos. El cargo de inquisidor fue confiado casi en exclusiva a los franciscanos y a los dominicos, a causa de su mejor preparación teológica y su supuesto rechazo de las ambiciones mundanas.
Como dijimos antes, La Iglesia Católica, representada en los tribunales inquisitoriales, se encargó de perseguir, castigar, torturar y condenar a pena de muerte a todo aquel que considerara hereje. Bajo estos postulados, muchas de sus víctimas fueron hombres de ciencia, como estos cuatro:
Giordano Bruno (1.548 – 1.600).
Fue un fraile dominico italiano, filósofo, matemático y astrónomo. Presentó sus teorías en cosmología acerca del modelo de Copérnico, la concepción del Sol como una estrella y la existencia de infinitas cantidades de otros planetas en el Universo, donde habitaban seres inteligentes. Sus afirmaciones en teología y filosofía, así como sus obras poéticas, le valieron la condena a muerte por parte de las autoridades de Roma y la Inquisición, que dictaminaron enviarlo a la hoguera por herejía.
Giulio Cesare Vanini (1.585 – 1.619).
Fue un intelectual y librepensador del Renacimiento Italiano. Realizó estudios de Física, Medicina y Astronomía, además de Teología y Filosofía en Roma. Entre otras teorías, Giulio había planteado la idea de que los hombres eran descendientes de los monos y que la inmortalidad del alma era algo poco plausible, creencia que lo hizo dirigirse directo a las llamas de las hogueras de la Inquisición en Toulouse, en 1.619.
Pietro d'Abano (1.250 – 1.318).
Conocido como Petrus de Apono o Aponensis, fue médico y astrónomo; su formación y profundo interés en la Medicina y Filosofía de Medio Oriente lo animaron a difundir los ideales que luego le valieron acusaciones por parte de la Iglesia: herejía y nigromancia. Aponensis fue enviado a prisión, donde falleció más tarde. Los Inquisidores de Pietro d'Abano no pudieron dar con sus restos para quemarlos: sus leales amigos le habían dado sepultura secreta.
García de Orta (1.501 – 1.568).
Fue un médico y explorador renacentista de origen judío portugués. Se doctoró en Medicina en la Universidad de Lisboa y viajó a la India. Allí fue perseguido por las fuerzas inquisitoriales portuguesas, debido a su ascendencia judía y a sus creencias filosóficas y religiosas.
Fuente | Muy historia.
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Durante los primeros años de vida, la represión fue feroz y la inquina de unos y otros hizo que proliferaran las torturas y las condenas a muerte. Las gitanas eran echadas a la hoguera por brujas y los judíos por propagar herejías contra el cristianismo.