Cartas de un preso.
Artículo … 1.725.
Categoría … Relatos.
Publicado por … Bruno Fernández.
Centro penitenciario Teixeiro (A Coruña); 13 de Julio de 1.940.
Las mañanas cada día se me hacen más pesadas, llevo cinco meses de condena, y aún no sé los que me quedan por cumplir, ni tan sólo si me llegará la muerte en esta celda.
La convivencia aquí no es demasiado difícil, la mayoría somos presos políticos. Quizás nos trasladen a otra prisión del país. Los más antiguos dicen que nos trasladan para hacer carreteras y vías públicas, los nuevos aquí, como yo, tenemos miedo pro no saber si volveremos a ver a la mujer, a los hijos o a los amigos. Estoy nervioso.
La noche cae a la vez que llega el frío y la humedad a mi celda, ésta va colándose en el colchón para empapar mis huesos.
Centro penitenciario de Pereiro de Aguiar (Ourense); 20 de Julio de 1.940.
Nos han trasladado a Ourense, aquí se está algo mejor, aunque mi estancia aquí va a ser corta, pues mañana partimos dirección a Pontevedra, pasaremos días de camino con nuevos compañeros que se unen a este calvario.
Las prohibiciones cada vez son más penosas, no nos dejan hablar entre nosotros en gallego, nos tratan de insociables, la situación es realmente insostenible.
A Lama (Pontevedra); 1 de agosto de 1.940.
Ya estamos en Pontevedra, aquí todo es diferente, tengo nuevos compañeros, algunos son de Catalunya, otros de Valencia, y la mayoría son gallegos, pero me siento acogido, todos estamos presos por lo ismo, por ir en contra del régimen.
Estoy algo más cómodo en las celdas, pues son más grandes, y no hay tanto relente. Mañana vamos hacia un pueblo de la provincia, empezaremos a construir una línea férrea, nos dicen que es muy duro, pero que el trato es humano.
Añoro a mi mujer, necesito su sonrisa, sus ánimos, sus abrazos, sus roces… también echo en falta a mis hijos, recuerdo como correteaban por el jardín de casa. Se que ellos no entienden porque me apresaron y la verdad, es que a mi me cuesta creerlo.
A Lama (Pontevedra); 7 de Agosto de 1.940.
Empezamos a trabajar en las vías, los compañeros gallegos se portaron muy bien conmigo, estuve comiendo con ellos, me ofrecieron parte de su ración, pues a mi me pareció poca. Estaremos una semana más trabajando en las vías.
Esta tarde se dificultó el trabajo, llovía lo justo. Los recuerdos de mi tierra, de mi gente están más presentes que nunca, ya llevo seis meses sin verles. Tal vez antes de pascua vuelva hacía A Coruña como recluso.
A Lama (Pontevedra); 20 de Agosto de 1.940.
Estoy muy cansado, el trabajo diario en los caminos me cuesta más. Se han llevado unos camaradas hacia el Pazo de Fefiñans, todos sabemos que ya no volverán, suponemos que serán torturados hasta llegar a la expiración.
En el tiempo que llevo aquí he aprendido que no se pueden hacer comentarios peyorativos hacia el generalísimo y su forma de Gobierno, la represión de tus ideales políticos es necesaria, ya que te juegas la vida (hay que aprender a vivir aquí). Y saber que en cuanto te dicen que trasladan para Cambados es porque la muerte está a la vuelta.
A Lama (Pontevedra); 7 de Septiembre de 1.940.
Hoy más que nunca eché en falta a mis hijos y a mi esposa, estoy en cama por no encontrarme demasiado bien; tuve tiempo mandarles cartas y escribir estas letras (sabiendo que, posiblemente, no lleguen a leerlas).
En el fragor del combate en la lucha fiera y cruel, mi pensamiento constante no os separa un instante porque siempre ha sido fiel. Y en el camino espinoso que depara mi suerte, se me oprime el corazón, se me entorpece la mente hasta prender la razón.
En mi loca fantasía os veo con ilusión acariciando suave y dulcemente mi abatido corazón y mi orgullo paternal se subleva bravamente y pienso secretarme que por vuestro bienestar yo desafío a la muerte.
Carabanchel (Madrid); 1 de Octubre de 1.940.
Me han cambiado de prisión, ahora estoy en Madrid, dijeron que la próxima semana que vien volvía a mi patria.
Llevo nueve meses sin abrazar a los míos, y solo el estar próximo a ellos me siento feliz. No sé si les veré, pero tan solo estar más cercano a ellos, en mi corazón rebrota una ilusión nueva.
Mis pensamientos se arrastran, durante la noche bella y peligrosa, entre los pasadizos repletos de nada, para llegar hasta A Coruña y así acortar la distancia para ir hasta los brazos de mi esposa para poder aliviar la pena, y asimismo respirar sus besos aferrándome a su cuerpo por una eternidad.
Siento como se me viene el mundo encima por no poderla rozar, como el ángel que cae al perder sus alas. La noche murió con mis sueños, el sol empieza a asomar juntamente a duro día de trabajo.
Camino A Coruña; 10 de Octubre de 1.940.
Llevo varios días de camino, ya dejamos atrás León, pasamos por el Centro Penitenciario para recoger a otros compañeros que son trasladados también a A Coruña, quedan horas de camino para llegar de nuevo a Teixeiro, que fue donde empezó mi opresión, aunque mis recuerdos allí son tristes las ganas por llegar van creciendo, no quiero perder ningún segundo aunque mi regreso allí será seco.
En los días de camino, como hoy, cavilo sobre mis estancias en las prisiones, el trato no ha sido del todo violento físicamente, pero coincido con mis iguales que la opresión, el ultraje, el desprecio y las ofensas a nivel moral han superado cualquier mal estar corporal.
Centro Penitenciario de Teixeiro (A Coruña); 18 de Octubre de 1.940.
Ya no me acordaba de lo húmedas y frías que son las noches en mi tierra. Aún estar incómodo, por el fresco, lo tristes y oscuros que son lo calabozos, me siento bien. Mañana hablaré con el encargado de prisión, para ver si es posible la visita de mi mujer y de mis hijos, pues ya la espera se me hace insostenible.
Centro Penitenciario de Teixeiro (A Coruña); 1 de Noviembre de 1.940.
Por fin la vi, cuando mi mujer se acercó a la sala donde la esperaba notaba su olor en el aire, mi corazón se acelero por momentos, y en cuanto atravesó la puerta y la tuve delante de mi, mis ojos empezaron a empañarse, las lágrimas desfilaban una detrás de otra por las mejillas de ambos.
Estaba más preciosa que nunca. En mis recuerdos la inmortalizaba bonita, pero cuando la vi, la abracé, encontré que era la mujer más hermosa del mundo, para mi no había más eternidad que aquél instante.
Centro Penitenciario de Teixeiro (A Coruña); 20 de Diciembre de 1.940.
Llega pascua, no podré verles de nuevo, serán las primeras pascuas que no este con ellos y se me hace muy duro. Cada vez escasea más la comida, las raciones no son tan generosas como antes, ahora en las celdas dormimos seis presos, el doble de los que éramos.
Las condiciones cada data declinan, hasta el momento no me había sentido angustiado en el aspecto físico, la tortura era a nivel psicológico, pero en estos momentos va más allá, somos demasiados, y los malos tratos empiezan a percibirse. El malvivir se hace insostenible.
Centro Penitenciario de Teixeiro (A Coruña); 24 de Diciembre de 1.940.
Ha llegado la Navidad, desde los barrotes de mi habitáculo veo la calle y el deseo de estar con la familia. Este año no me será posible la cena familiar, y lo cierto es que no se cuanto tiempo no podré celebrar ningún tipo de reunión en familia.
El tiempo lo dirá todo…