19 mayo 2014

La visita de Peter.

1.148 | La visita de Peter.
El diario de Bruno Fernández.

Tatuado
Espirale

Si habéis leído la página anterior de mi diario titulado "Destino Londres: La estancia", os he mencionado a aquella persona que hizo que mi estancia en Londres fuese especial, conociendo a una persona que hizo que ese "añito sabático" fuese especial y que pasase rápidamente.

Pero os voy a refrescar un poco la memoria para que conozcáis a esa persona:

Peter trabajaba como personal-shopper para algunas personas conocidas de la capital inglesa y que, enseguida me echó el lazo encima, nada más verme trabajando en dicho pub y que, así de primeras, me dijo si era "gay" por el cual le contesté "sí" y a partir de ese momento comenzamos a conocernos un poco más hasta que un día las flechas de cupido se clavaron en nuestros corazones.

Para que os hagáis una idea de como es Peter, solo tenéis que ver la foto que encabeza esta página de este diario, el cuerpo, menos tatuajes que los que lleva el maromo, cuerpo fibrado (no demasiado) y con el pelo negro como el carbón y unos ojos marrones verdosos curiosos.

Pero bueno, vamos al lío…

Yo estaba trabajando en el turno de mañana y casi nunca llevaba el móvil encima, lo dejaba en la bandolera para así no estar entretenido y dedicarme al trabajo. Cuando salí del turno vi que mi móvil tenía 10 llamadas perdidas y 7 mensajes de texto (de aquellas no existía aún el Whatsapp) y me picó la curiosidad, pero al ver el nombre de Peter hizo que lo llamase enseguida.

Lo llamé… estuvimos hablando como 30 minutos y cuando me soltó la noticia de que venía dentro de una semana a pasar unos días en A Coruña se me iluminaron los ojos al oír que vendría a pasar 1 semana  y me dijo que "por favor" le hiciese un planning para visitar las zonas más interesantes de A Coruña.

También me dijo que iba a estar en un hotel a lo cual me negué, le contesté que "de un hotel nada", que pasaba la semana en mi piso (de aquellas llevaba 2 meses viviendo) y que tenía una habitación libre para que pasase dichos días.

Al cabo de una semana, me vuelve a llamar diciéndome que estaba en el aeropuerto de "Alvedro" y que por favor que lo viniese a buscar, a lo cual fui encantado a recogerle.

Cuando llegué al aeropuerto allí estaba, un poco cambiado cuando lo dejé en Londres, se veía un tatuaje prominente en el brazo y su cuerpo… ¡ay su cuerpo! que se notaba que se había machacado en el gimnasio y tenía un poco más de músculo… ¡Madre mía como estaba!.

Bueno, una vez alojado en mi casa, lo llevé a pasear por la playa de Riazor y le comenté que esta noche tenía que trabajar y que después tendría dos días libres y tres días de turno de mañana, por el cual tendía tiempo para dedicarle.

Bueno, después de cenar temprano, cogí mis bártulos para dirigirme al hospital a trabajar y que sobre las ocho de la mañana ya estaría de nuevo en casa. El me respondió con una leve sonrisa y que no habría problema.

Al llegar de trabajar y cuando me dirigía a la cocina a desayunar antes de dormir un poco, vi que Peter ya estaba despierto (me dijo que llevaba desde las 7h00) y que me tenía el desayuno preparado… ¡Que detallazo!, mientras desayunábamos le comenté los planes que tendríamos estos días y que visitaríamos la Catedral de Santiago.

Después de dormir, me desperté sobre las tres de la tarde para comer y ahí estaba… preparando la comida y después de comer le llevaría a ver lo mejor de A Coruña (El palacio de cristal, la torre de hércules, la plaza de maría pita, el museo del hombre, la casa de las ciencias, entre otros). ¡Quedó maravillado ante las visitas que le propuse!.

Al día siguiente nos dirigimos a Santiago de Compostela para ver la Catedral, y al entrar por la Plaza del Obradoiro quedó maravillado:
-- It's beautiful –.

Una vez dentro de la Catedral hizo lo que todo turista hace: pasar por la cripta, abrazar al apóstol y asistir a una de las misas por el cual le tuve que traducir todo lo que decía el cura y por el cual me llevé varias broncas por parte de las beatillas que allí estaban.

Otro de los momentos destacables fue cuando le presenté a mi hijo, a Carmelo, por el cual dijo "que era muy guapo y que se parecía al padre" y junto con la madre de mi hijo fuimos comer a un restaurante de la zona para que nos contara como estaba Londres y que estaba haciendo.

Y así pasaron los días, hasta que un día lo tuve que llevar de vuelta al aeropuerto, tras un abrazo de despedida lo vi como se alejaba por la puerta de embarque y gritándole "llámame cuando llegues" y así lo hizo.

Como todo lo bueno tiene su final, al cabo de los días nos seguíamos llamando, hablando por internet y a medida que iban pasando los días nuestra comunicación se iba desvaneciendo poco a poco, hasta que llegado un día no volví a tener más noticias de él.

Sólo cabe esperar que esté bien.

» Bruno Fernández.

5 comentarios:

  1. Si es que Galicia enamora a cualquiera xD... Me alegra que Peter haya devolvido la visita, aunque sea por unos días, pero como siempre las amistades a distancia casi siempre fracasan.

    Un saludo y te sigo leyendo.

    ResponderEliminar
  2. Jijijiji, me acuerdo de Peter... ¡que majo era!, sobre todo cuando comimos todos juntos y me tenías que traducir lo que decía.

    Un besito.

    ResponderEliminar
  3. Si, eso es lo malo de tener amigos en el quinto pino, que a medida que pasan los días vas perdiendo el contacto hasta que se vuelve inexistente.

    Un abrazo chiquitín !!.

    ResponderEliminar
  4. Te lo pasarías en grande con Peter.

    Un abrazote.

    ResponderEliminar
  5. ¿Y las partes "interesantes"? :D

    ResponderEliminar