1.028 | El chico popular.
Noches de alcoba.
Aquella noche había sido la noche más maravillosa de la vida de Sergio, ya que pasó algo que nunca esperó.
Pero comencemos describiendo a Sergio: era un muchacho guapo, medía 1.80cm, era delgado pero con un buen cuerpo, velludito, tenía el pelo negro que marcaba sus ojos azules y una sonrisa perfecta, carismático, gracioso, el típico muchacho que levantaba odio, pasiones y envidia entre sus compañeros de instituto.
Con su 18 años apenas cumplidos, Sergio era el chico más superficial de la tierra, para todos era perfecto, pero él sabía que tenía algo escondido y que nadie sabía…
Sergio no tenía éxito con las mujeres porque no le llamaban la atención, aunque ellas se acercaban a coquetear con él, pero Sergio no les seguía el juego y ahí terminaba todo.
Nadie sabía que era gay, era una persona que al cerrar las puertas de su casa se convertía en otra persona, por fuera era el chico más seguro de si mismo, con más personalidad, al entrar en cualquier lugar del instituto, todos lo miraban, querían ver como iba vestido, con quien iba, etc…, pero por dentro era el ser más vulnerable que había porque era gay pero no quería que la gente lo supiera, por eso nunca coqueteaba con nadie y para colmo se había enamorado hace dos años de su mejor amigo, una relación que lo dejó muy dolido, ya que su amigo era heterosexual, razón por la que nunca le había hecho caso, así que Sergio creía que el amor era algo doloroso.
Hablando de sexo, sólo lo había hecho con un amigo cuando estaban borrachos, pero simplemente era utilizado por él para saciar su calentura de adolescente y nunca pasaba de una masturbación o una mamada, pero que nunca le sería correspondido.
Un día que daba inicio el nuevo curso escolar, todo el instituto iba con la expectación de ver a Sergio, pero ese día al entrar a la cafetería, Sergio en vez de saludar a todos y pavonearse como el chico popular que era, fijó su mirada en un nuevo chico que había llegado al instituto. El chico era alto, pelo castaño, una hermosa sonrisa, ojos color miel y un cuerpo delgado.
Inmediatamente reaccionó e hizo lo que debía hacer y lo que la gente esperaba, pasar por todos los lados dejando que todos le criticasen, admirasen y envidiasen.
El chico que acaba de llegar entendió entonces el tipo de muchacho que era Sergio y le dio muchísima flojera, ese tipo de gente tan superficial no iba con él. Tenía algunas clases juntas por lo que Sergio se enteró que el chico nuevo se llamaba Luis y que había llegado de otra ciudad por motivos laborales de su padre.
A Sergio le gustaba ese chico pero obviamente no podía mostrar alguna reacción por su reputación, hasta que un día en la clase de literatura, el profesor hizo equipos para un trabajo y les tocó juntos.
Sergio protestó (aunque por dentro lo soñaba) y el profesor no quiso cambiar la pareja y Luis sólo se rió dándole lástima Sergio y su forma de ser.
Al salir de clase, en los pasillos, Sergio se topó con Luis y le dijo:
-- No creas que te hablo por otra cosa, lo único que quería decirte es que te espero hoy en mi casa a las 18h00 –. Y le dio su dirección.
Al llegar a su casa, Sergio se acostó en su cama y comenzó a pensar en Luis, pensó que podían tener sexo y comenzó a tocarse el paquete por arriba de sus pantalones, se quitó la camisa y se empezó a apretar sus pezones rodeados de vello, bajo su pantalón y su bóxer de lycra, se masturbó, se subió el boxer y el pantalón y se durmió.
A las 18h00 Luis llego a casa de Sergio, el ama de llaves le dijo a Sergio que alguien lo buscaba y entonces entró Luis y cerró la puerta, Sergio apenas estaba despertándose y estaba sin camisa.
-- Si la gente del instituto te viera así, sin camisa, imagínate que dirían –. Dijo Luis con tono sarcástico.
-- Me tienes envidia porque nunca entrarás en mi círculo de amigos –. Le dijo Sergio enfurecido.
El ambiente estaba tenso pero comenzaron a hacer el trabajo, mientras Sergio se ponía la camisa, Luis no podía dejar de pensar en lo guapo que estaba Sergio, lo cual le excitó un poco.
Al ver que el trabajo era muy largo y que no acabarían hasta tarde, Sergio le dijo a Luis que se tenía que quedar a dormir, por supuesto Luis hubiera dicho que no en otras circunstancias pero después de ver ese pecho desnudo, velludo y tan sexy de Sergio dijo que estaba bien, ya que quería volverlo a ver.
Terminaron el trabajo sobre las 3 de la madrugada y Sergio comenzó a quitarse la ropa hasta quedar en boxers.
Esto calentó a Luis por lo que no se quería quitar la ropa para disimular su erección, pero entonces Sergio ya en cama le preguntó el porqué no se quitaba la ropa.
Luis le dijo que tenía vergüenza y Sergio le contestó que como era posible que le diera vergüenza quitarse la ropa. Ante las burlas de Sergio, Luis se quitó la ropa, quedando en un bóxer de color negro que dejaba ver toda su erección y le dijo a Sergio:
-- Esto era lo que me daba vergüenza –.
Sergio no aguantó más y se acercó a Luis, comenzó a besarlo en el cuello, lo lamía, pues estaba muy necesitado de sexo. Luis sólo gemía pidiendo más, Sergio bajo por todo el pecho de Luis y levantó un poco la goma del bóxer de este y lamió lo que empezaba a asomar, eso le excitó muchísimo a Luis, se bajó el bóxer, dejando un mástil de 19cm delgado y muy rico. Sergio chupó la cabeza y lamió el líquido preseminal que ya salía, se la metió toda en la boca y empezó a meterla y sacarla. Luis se corrió en la boca de Sergio, Sergio estaba hirviendo por lo que le dio la vuelta salvajemente a Luis y comenzó a penetrarlo rápidamente.
Luis se quejaba pero terminó gozando, cada vez era más rápido el mete-saca, sin sacar del culo de Luis esos 20cm de polla, Sergio se sentó en una silla y sentó a Luis arriba metiéndole más adentro su polla y Luis comenzó a subir y bajar cabalgando esa polla, mientras que su espalda rozada con el pecho velludo de Sergio, lo cual le excitaba muchísimo.
Sentados mientras Luis seguía metiendo y sacando la polla de Sergio, con una mano comenzó a masturbar a Luis y con la otra le pellizcaba los pezones, los dos se corrieron, sacando más semen que nunca.
Esa noche durmieron abrazados, esa noche Luis dejó de ser un fracasado para Sergio y éste dejó de ser un superficial para Luis, esa noche el sexo triunfó ante todo.
» Bruno Fernández.
Si es que a la hora del sexo da igual el estatus que tengas, mientras haiga pasión.
ResponderEliminarUn abrazo niño !!.
Que bonita historia (y que cachondo me pusto :P).
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Que historia más bonita! ains.
ResponderEliminarUn abrazote.
Bueno, porque están en la época del instituto, si no arrasaría... vamos...el típico chulito siempre tiene éxito entre chicas y chicos... y no me preguntes por qué.
ResponderEliminarBicos Ricos
Una muy buena historia.
ResponderEliminarUn saludo y te sigo leyendo.