15 febrero 2014

Cecilia – Un ramito de violetas.

1.029 | Cecilia – Un ramito de violetas.
Clásico del sábado.

Cecilia - Un ramito de violetas
RTVE

Nuestro "Clásico del sábado" de esta semana es, ante todo un conglomerado de sensibilidad. Una maravillosa muestra del talento de Cecilia para musicar historias cotidianas que la madrileña ofreció a su público en 1.975, justo cuando el régimen franquista protagonizada su estertor.

Su voz lánguida que ha alcanzado la eternidad pese que la garganta de la que brotaba está enterrada desde hace más de tres décadas, nos regaló una muestra de delicioso folk-pop que se adelantó a su época.

La letra conforma un poema de una calidad excelente que muy pocos cantautores españoles llegarán nunca a alcanzar. Nos describe un relato de amor y desamor que hace sentir un escalofrío tras otro a medida que avanza. Comienza como un cuento y acaba con una técnica cinematográfica en un final sorprendente. Cada verso encierra dolor, sentimiento y comprensión.

Nos recuerda que la costumbre acaba con todo, también con el matrimonio. Aunque al final descubrimos que el marido se ha convertido en admirador secreto, en amante virtual y generador de ilusión para una mujer ya resignada a una relación monótona. Saberse amada por un desconocido le insuflaba vida.

Un mensaje que todos deberíamos tener en cuenta cada día. Estamos obligados a luchar contra esa costumbre que convierte en hábito lo que es extraordinario y que se empeña en hacernos creer que lo nuevo es siempre mucho mejor.

Era feliz en su matrimonio aunque su marido era el mismo demonio.
Tenía el hombre un poco de mal genio y ella se quejaba de que nunca fue tierno.

Desde hace ya más de tres años recibe cartas de un extraño.
Cartas llena de poesía que le han devuelto la alegría.

Quién le escribía versos dime quien era, quién le mandaba flores por primavera.
Quien cada nueve de noviembre como siempre sin tarjeta le mandaba un ramito de violetas.

A veces sueña y se imagina cómo será aquel que tanto la estima.
Sería un hombre más bien de pelo cano, sonrisa abierta y ternura en las manos.

No sabe quien sufre en silencio, quién puede ser su amor secreto.
Y vive así de día en día con la ilusión de ser querida.

Quien le escribía versos dime quien era, quién le mandaba flores por primavera.
Quién cada nueve de noviembre como siempre sin tarjeta le mandaba un ramito de violetas.

Y cada tarde al volver su esposo, cansado del trabajo la mira de reojo.
No dice nada porque lo sabe todo, sabe que es feliz, así de cualquier modo.

Porque él es quién le escribe versos, él, su amante, su amor secreto.
Y ella que no sabe nada mira a su marido y luego calla.

Quién le escribía versos dime quien era, quién le mandaba flores por primavera. 
Quién cada nueve de noviembre como siempre sin tarjeta le mandaba un ramito de violetas.

» Celso Bergantiño.

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