RELATO NO RECOMENDADO PARA MENORES DE 18 AÑOS.
Era una calurosa y aburrida noche de verano, era el típico sábado en el que todos mis amigos tenían algo que hacer y yo me quedaba en casa perdiendo el tiempo de la mejor forma que se me ocurriese, en este caso chateando en internet y viendo la televisión a un tiempo, aunque teniendo en cuenta la maravillosa programación a la que nos tienen acostumbrados los sábados veraniegos, la tele no era una buena opción para hacer desaparecer el hastío.
Después de unas cuantas horas tecleando tonterías en el chat y viendo alguna que otra página erótica para alegrar un poco la vista y teniendo en cuenta que en la televisión la programación no mejoraba, decidió que ya era suficiente por esa noche y que a las 2 de la madrugada era una buena hora para irse a dormir, por lo que me dispuse a cerrar las ventanas para evitar que me comiesen los mosquitos por la noche, Dios bendiga al aire acondicionado que me evitaría morir asado en el horno en el que se convierte mi casa cuando el calor aprieta.