23 noviembre 2011

Preguntas a la noche.

Preguntas a la noche.

Preguntas a la nocheNunca antes había sentido lo que siento ahora. Es tal la oscuridad que invade mi cuerpo que ni el sol más luminoso puede hacerme ver la luz del día. En mi alma nacen sollozos que ni tan siquiera Dios sería capaz de comprender.

¿Qué sucede?. El silencio que recorre mi habitación que ocupa mi mente es mi única compañía. Tal vez, y si tengo suerte, me siento a veces de alguna manera reconfortado por esos lamentos de dolor que se escucha desde el final del pasillo. Me hace pensar que puede que haya alguien que sufra tanto o más que yo.

¿Cuánto tiempo llevo aquí?. Una vida. Una vida eterna que parece que no terminará jamás. Ahora lo oigo: suplica. No, implora. Quién sabe si a ella le sucedió algo similar a lo que me ocurrió a mi. Pero… ¿que fue exactamente?.

¿Por qué razón tuvo que pasar así?. Miro por mi ventana pero no consigo ver nada. Estas rejas que anulan mi libertad no han podido arrebatarme mi capacidad para recordar. Ojalá lo hubieran hecho. Podría irme si quisiera, pero… ¿en realidad lo deseo?. No, ni se me pasa por la cabeza. Allá fuera, en el exterior, el mundo real puede ser muy cruel. Pero… ¿no es triste hallar mi bienestar en el hecho de que alguien pueda estar padeciendo más que yo?. De nuevo el silencio y ahora, la penumbra. Solo tú pudiste sacarme de este agujero. Eras la única persona de entre todos que hubiese podido.

¿Por qué no lo intentaste?. Siete pasos, siete y no más, de lado a lado de una estrecha habitación me separan de la locura. O quizás la locura ya no existe para alguien como yo.

¿Melancolía?. Nunca jamás.

¿Amor?. No lo recuerdo. Si todas aquellas mañanas en las que aún podía sonreír volvieran a mí, no la querría. Soledad, es lo único que necesito. Oh, dulce sonido gutural que vuelve a mis oídos… Alguien me preguntó una vez si creía en los sueños.

¿Sueños?. Una vez tuve uno, creo que te incluía, pero al marcharte murió contigo.

¿Dónde estarás?. Olvidaba que te había olvidado. Pero salir de mi nube oscura viendo tu imagen dentro de mí…

¿Dónde te fuiste?. No ves que me hiciste daño. Aunque ahora lo pienso y fue lo mejor. Si es esto lo que me depara el destino, si es esto lo que tú has querido hacer de mí, así lo aceptaré.

¿Aún tienes un sueño?. Si pudiera ayudarte a conseguirlo…

Silencio. Silencio en mi cuerpo. Silencio en esta habitación vacía de sueños y esperanzas. Un escalofrío recorre mi cuerpo y eriza mi piel. Silencio al final del pasillo. Silencio en mi ¿vida?.

Mi vida. Qué dos palabras. Nunca había sentido lo que ahora siento. Y sólo espero no tener que volver a sentirlo jamás.

Imagen | La vida en trazos.

  145     Celso Bergantiño  

5 comentarios:

  1. ¡Me ha encantado!.

    Muy buenas preguntas y excelentes contestaciones... es lo que tiene la noche, que te hace pensar.

    Un abrazo.

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  2. Me encanta la noche, porque te pones a pensar y te salen preguntas y respuestas como esta.

    Salu2.

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  3. Pensamientos profundos en la tranquilidad de la noche.
    Un saludo,

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  4. Un gran relato. Muy sentido y triste. Pero a la vez muy bonito.

    Besos y agur

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  5. Me ha gustado mucho el relato y ha sido muy entretenido leerlo .
    Buen artículo , saludos.

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