Peste Negra.
Artículo … 1.772.
Categoría … Historia.
Publicado por … Benjamín Castro.
En aquel tiempo , la gente llamaba "La Pestilencia" o "La Gran Plaga". Se origina en el desierto de Gobi hacia 1.330, pasa por China y la India y llega a Oriente Medio y África del Norte por las rutas comerciales. Según un cronista: "La India se despobló; Tartaria, Mesopotamia, Siria y Armenia se cubrieron de cadáveres; los kurdos huían en vano a las montañas".
La peste negra llega a Europa casi con seguridad en los barcos italianos, que comerciando recorrían todo el Mediterráneo. El primer registro data de octubre de 1.347, cuando un navío genovés llega al puerto siciliano de Mesina. Todos los mercaderes y marineros de a bordo estaban muertos o moribundos con "una enfermedad ceñida a los huesos". Cuando las autoridades portuarias se dan cuenta de la situación, echan a los genoveses, pero ya era demasiado tarde; en pocas semanas la infección se había extendido por toda la isla de Sicilia y parte de Italia. Desde allí y desde otros puntos, la plaga se extiende por Europa, llegando a Inglaterra en 1.348, devastando Escandinavia y arrasando, incluso, el pequeño asentamiento noruego de la remota Groenlandia.
Todo aquel horror es descrito por un escritor italiano que había enterrado con sus propias manos a cinco hijos. "Las víctimas morían casi inmediatamente. Se les hinchaban las ingles y los sobacos y mientras estaban hablando, caían. El padre abandonaba al hijo, la esposa al marido, un hermano a otros; ya que esta enfermedad parecía venir a través de la respiración y la vista. y así morían. Y no se encontraba a nadie para enterrar a los muertos ni por dinero ni por amistad. Los cortesanos llevaban a sus muertos a una zanja como podían, sin sacerdote ni funeral. Tampoco sonaban a muerte las campanas. En muchos sitios de Siena se cavaron grandes pozos para la multitud de muertos. Y morían a cientos, tanto de día como de noche… Y murieron tanto que todos creyeron que era el fin del mundo".
En la ciudad y el campo.
Condiciones similares y el mismo pánico y desaliento se encontraban en toda Europa. Parecía peor en las ciudades más pobladas, donde era difícil evitar a otras personas o desprenderse de los cadáveres. Mucha tente rica huía al campo; un famoso clásico de la literatura, "El Decamerón", de Boccaccio, relataba historia de un grupo de hombres y mujeres que se encierran en una villa y se divierten contándose historias, mientras esperan que pase la plaga para poder volver a sus casas en la ciudad.
En realidad, en el campo la gente se ve igualmente afectada. nada parecía detener a la peste negra, aunque, curiosamente, la proporción de muertos variaba mucho de un lugar a otro; una ciudad "afortunada" podía perder un 10% de la población, mientras que en un pueblo remoto la cifra ascendía a un 60%.
Este aspecto imprevisible es lo que hacía que la pestilencia fuera aún más temida e incomprensible. Ningún doctor medieval podía saber que no había menos de tres tipos distintos de plaga. Los que afectaban a la sangre o sistema respiratorio pasaban de persona a persona. Eran más mortales, pero menos comunes que la peste bubónica, transmitida por la pulgas que vivían principalmente en las ratas negras; eran las picaduras de las pulgas las causantes de los síntomas más frecuentes: las hinchazones del tamaño de un hueso en sobacos, ingles y cuello, que pronto ennegrecían a causa de la hemorragia interna. Ninguna precaución servía para estos tipos de plagas. Si, por ejemplo, se aislaba a una víctima (cuarentena), no se evitaban las ratas y las pulgas que se asentaban en las sucias ciudades medievales; las medidas impartidas por las autoridades no lograban aminorar los efectos de otras plagas.
La gente respondía a la crisis de formas muy distintas. Algunos decidían divertirse mientras pudieran, viviendo tumultuosamente, algunos se limpiaban o fumigaban, otros huían. Algunos creían que la plaga era un castigo divino y se unían a las procesiones de los flagelantes: hombres y mujeres que se azotaban públicamente con látigos de cuero con púas de hierro en sus extremos.
A finales de 1.351 la Peste Negra había remitido. "Un tercio de la humanidad murió", dice el historiador medieval Froisart, y las investigaciones modernas lo confirman, al menos en lo que se refiere a Europa. además del sufrimiento, el impacto es tremendo: ciudades llenas de casas vacías, iglesias abandonadas, campos sin labrar, escasez de alimentos.
Reaparición de la plaga.
De todos modos, Europa pudo haberse recuperado bastante deprisa si la playa hubiera desaparecido por completo. No obstante, reaparece (aunque nunca de forma tan devastadora como en su primera visita) en 1.361-62, de nuevo en 1.369, y posteriormente cada pocos años hasta finales del siglo XV.
El resultado es que los niveles de población permanecen bajos, no todas malas. La escasez pronto se supera, ya que hay menos población que alimentar. Los trabajadores eran pocos y podían aspirar a buenos sueldos.
Como había tanta tierra disponible, cayeron las rentas, posibilitando a muchos hombres sin tierra convertirse en agricultores. En la mayor parte de Europa Occidental, desaparecen los siervos de la gleba, hombres que no podían irse de la tierra que trabajaban.
Ahora podían pedir su libertad y, si se les negaba, irse a trabajar a otro lugar: los propietarios necesitaban trabajadores y los aceptaban fácilmente. En este sentido la peste negra precipita el final del sistema feudal.
Además, la conmoción causada por la peste suscitó un gran interés científico para moderar sus nefastas consecuencias, pudiendo ser considerada como el punto de partida para la aparición de una valiosa literatura médica medieval, que sirvió para hacer frente a las sucesivas oleadas de la peste.
La expansión de Europa en el siglo XVI se hace posible cuando la plaga deja de reaparecer con frecuencia. Aun así es algo muy temido hasta que, por fin, desaparece en el siglo XVIII.
Fuente y más información en … National Geographic.
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