1.195 | Recuerdos de un sueño.
Noches de alcoba.
Relato no recomendado a menores de 18 años.
Son las ocho de la mañana, abro los ojos con molestia (pienso que aún es temprano), el día esta un poco nublado pero aún así no pierdo la esperanza de que mejore. Entro a la ducha y la caricia del agua me despierta por completo, imagino tu cara y dibujo una sonrisa.
Recuerdo el sueño que tuve por la noche.
Notas fluidas de jazz creaban un ambiente sensual, nos abrazamos por un largo tiempo percibiendo aromas y sintiendo nuestros cuerpos. Tu cadera estrecha y el roce de tus dedos me invaden con deseos de lujuria. Beso tu cuello sintiendo la delicadeza de tu piel. Beso tus mejillas y unimos nuestros labios, esos labios color carmín que me hipnotizan, introduzco mi lengua en tu boca hasta fundirlas, me encantan tus besos. Con delicadeza recorro tu cara, tus hombros deslizándome con cuidado hasta tu cintura. Deslizo mi mano hasta abrir el cierre de tu pantalón, acaricio tu espalda, paso mi lengua notando tus reacciones, saboreo tu piel y me excito.
Me siento detrás de ti y observo cada curva de tu cuerpo, eres hermoso y un dios de hombre. Beso tu cuello mientras recorro tus piernas con ternura, pequeñas mordidas tersan tu cuerpo. Deslizo tu camiseta por tus hombros hasta descubrir tu pecho. Los recorro al tiempo que te muerdo con mayor fuerza. Noto que el contacto con el aire ha endurecido tus pezones y los recorro con mis dedos.
Al pararme noto que tengo una erección como nunca (y no es para menos) beso tus labios y recorro tu pecho admirando ese pecho, los recorro con mi lengua y mis dientes, tu respiración aumenta al igual que mi excitacion. Los lamo con determinada pasión los muerdo cada vez mas fuerte y a mayor velocidad.
Beso tu vientre y paso mi lengua lentamente por tu ombligo y retiro tu ropa por completo.
Me quito la camiseta y me comienzas a desnudar mientras me besas. Tomas mi pene ya muy duro y caliente y lo masajeas, no puedo evitar dejar salir un gemido me encanta como me tocas. Me acuesto entre tus piernas y paso mi lengua desde tu perineo hasta tu cipote, ese sabor me invade y me excita aun mas. Comienzo a lamer, morder y chupar rítmicamente tus testículos. Repentinamente siento un calor delicioso en el pene y a mi asombro lo encuentro dentro de tu boca (que delicia) la excitacion, me hace ir mas y mas rápido, introduzco un dedo en tu ano y emites un gemido que me da un escalofrío de placer. Lamo tu polla con fuerza y te penetro con la lengua tus movimientos me anuncian un orgasmo próximo lo hago mas rápido y te vienes. Al intentar pararme no lo permites continuas (falta poco). El movimiento de tus caderas igual al de la mar, sensual tu lengua por mi glande me vuelve loco, ya no puedo mas y un hilo de semen se dispersa por tu labios dándome la sensación mas deliciosa de mi vida.
A mi sorpresa esto no ha sido suficiente para ninguno de los dos, nos besamos con fuerza uniendo nuestros cuerpos y sexos. Te recuesto y te miro a los ojos, eres hermoso, admiro tu cuerpo, eres el hombre mas delicioso del mundo, Recorro tu polla con mi pene de arriba a abajo hasta introducirlo por tu culo lentamente, me invade el calor de esa zona. Lo que antes era jazz ahora era una sinfonía de gemidos. Me encanta que me hables y hablarte. Me encanta penetrarte y verte tocarte y te penetro cada vez mas fuerte, te la meto toda con fuerza.
Muerdo tus pezones y tu cuello, te amo.
Siento cercano el orgasmo y te penetro mas rápido nuestro gemidos ya son gritos y nuestro cuerpos se funden en un orgasmo simultaneo que pareció inacabable…
» Bruno Fernández.
Muy buena historia.
ResponderEliminarUn saludo y te sigo leyendo.
Joder con el sueñecito jijijiji.
ResponderEliminarUn besito !!.
Que sueño más cachondo :P.
ResponderEliminarUn abrazo chiquitín !!.
Mis sueños son muchísimo más aburridos.
ResponderEliminarQue sueño... ¡madre mía!.
ResponderEliminarUn abrazote.