1.080 | Mientras ella dormía.
Noches de alcoba.
Relato no recomendado para menores de 18 años.
De pronto, se escuchó que la puerta del cuarto se abría lentamente, Sonia, entró al cuarto de su mejor amiga, Clara. Sonia quería a Clara, pero no como amigas, sino como amante, la deseaba desde el primer momento que la había visto. Vivían en los dormitorios de la Universidad y ahí era donde se habían conocido.
Esa noche, se había ido la luz, por lo que nada le podría salir mal a Sonia. Entró sin hacer ruido, y le puso el seguro a la puerta, para evitar cualquier interrupción. En la mano derecha traía una bolsa de papel con algunas coas que creía necesarias para esa noche. Sonia estaba en pijama, una batita de color negro de tirantes que le llegaba a medio muslo. Con cuidado dejó la bolsa de papel a un lado de la cama de Clara. Lentamente se acercó a ella.
Por la ventana entraba la luz de la luna y eso era lo único que Sonia necesitaba para ver a Clara. Esta dormía plácidamente. Con cuidado, Sonia le quitó las cobijas a su amiga.
Ésta seguía dormida y no se había dormido. Sonia abrió la vulva de su amiga con sus dedos y aspiró el aroma que salía de ahí. Eso la excitó más y sin personarlo dos veces, metió el rostro en el recinto. Su lengua lamía despacio y poco a poco sintió que su amiga se empezaba a mover, Sonia quería que Clara se despertara, y por eso tomó el clítoris entre sus labios y lo empezó a chupar con energía. Su amiga gimió, obviamente estaba despertando.
Clara despertó de repente y se sorprendió de lo que estaba sintiendo porque creía que era un sueño, pero había alguien que le estaba chupando deliciosamente el clítoris y su orgasmo fue muy fuerte, gimió de placer, aunque no sabía quién le había provocado esa sensación, la disfrutó enormemente.
Cuando la intensidad del orgasmo terminó, empezó a tocar la cabeza que estaba aún entre sus piernas. ¡Era una mujer!.
-- ¿Quién es? –.
-- Sonia –.
¿Sonia?¿Su amiga Sonia? No lo podía creer, Sonia le había producido el orgasmo más intenso de su vida. Con la voz temblorosa le preguntó:
-- Pero… ¿Por qué? –.
-- Porque te deseo, te amo Clara, quiero hacerte gozar como una perra en celo, ya vi que te gustó lo que te hice, quiero seguir haciéndolo, y que tu me lo hagas a mi –.
Las palabras de Sonia encendieron a Clara, sentía que el deseo la consumía. No dijo nada, sólo tomo la cabeza de Sonia, y la guió hasta su vagina, Sonia entendió el mensaje, y la empezó a lamer de nuevo. Esta vez con más ganas y mucho más profundo en la vagina que antes.
Clara sentía el calor por todo su cuerpo, en pocos minutos sintió que un orgasmo la arrastraba, y al mismo tiempo que Sonia le comía la vagina a su amiga, esta se masturbaba con los dedos, se frotaba frenéticamente el clítoris, hasta que sintió que su propio orgasmo la consumía.
Cuando la intensidad de sus respectivos orgasmos terminó, Sonia besó a Clara en la boca, exploró la boca de su amiga con entusiasmo y Clara se dejó llevar con la pasión que estaba creciendo de nuevo. Se acomodaron como un 69 Sonia encima de Clara y ambas empezaron a complacerse. Clara nunca había echo algo parecido, pero sabía que lo que le estaba pasando le encantaba. Chupaba y lamía el coño de Sonia con energía y cuando sintió que Sonia se acercaba primero le dice:
-- Méteme los dedos en la vagina Sonia, quiero tener el orgasmo más salvaje –.
Sonia no esperó dos veces, metió los dedos en la vagina de Clara y luego metió un tercer dedo, Clara la imitó y ella también insertó un dedo más en la vagina de su amiga, luego un dedo más, y luego toda la mano de las dos muchachas estaba en la vagina de la otra, los orgasmos fueron impotentes, salvajes y casi pierden el conocimiento. Cuando la intensidad bajó, sacaron las manos empapadas y los torrentes de líquidos fueron recibidos por las bocas de las amantes.
Sonia no espero dos veces, metió dos dedos en la vagina de Clara y luego metió un tercer dedo, Clara la imito y ella también insertó un dedo mas en la vagina de su amiga, luego un dedo mas, y luego toda la mano de las dos muchachas estaba en la vagina de la otra, los orgasmos fueron impotentes, salvajes y casi pierden el conocimiento. Cuando la intensidad bajó, sacaron las manos empapadas y los torrentes de líquidos fueron recibidos por las bocas de las amantes.
Cuando se cansaron, Sonia se bajo de Clara y quedaron de frente. Acostadas, respirando pesadamente. Clara escucho que Sonia hacia algo, pero no puso atención hasta que sintió que Sonia empezaba a tocarla de nuevo en la vagina, toco el clítoris de Clara con la mano hasta que sintió que sus líquidos empezaban a salir, Sonia se masturbaba, hasta que Clara sintió que Sonia se ponía en forma de tijera y sintió la concha de su amiga se junto a la de ella. sintió que se moriría de placer cuando Sonia empezó a moverse para que sus vaginas y clítoris de juntar y salía, Sonia tocaba también el clítoris de Clara con los dedos y eso intensifico el placer.
Cuando por fin termino, Sonia, se metió el consolador lo mas profundamente que pudo y tomo la mano de Clara para que le hiciera lo mismo, Clara metía y sacaba el consolador cada vez mas rápido y escuchaba los gritos de placer de Sonia que se convulsiono de manera deliciosa al tener su orgasmo.
Cuando este termino, Clara saco el consolador y lo chupo con deleite para saborear el sabor de Sonia, luego la beso y Sonia sintió el sabor de su concha en los labios de Clara, finalmente sus ansias de darse placer mutuamente bajaron y se abrazan para dormir unas cuantas horas.
Sonia beso a Clara en la boca y esta puso su mano entre las piernas de Sonia para después, quedarse dormida.
» Bruno Fernández.
Joderrrrr, que historia tan buena.
ResponderEliminarUn saludo y te sigo leyendo.
Me ha gustado la historia.
ResponderEliminarUn besito.
Bruno! Esto es una historia boyesca! Me ha gustado, será que algo controlas del género femenino.
ResponderEliminarBicos ricos
Olé, ¡me encanta!.
ResponderEliminarUn abrazo niño.
Muy bueno, ¡me ha encantado!.
ResponderEliminarUn abrazote.