833 | Tu respiración.
Noches de alcoba.
Relato no recomendado para menores de 18 años.
Ay amor… uf.
Hoy por la mañana, al girar en mi cama, y estirar mis brazos, te encontré dormido a mi lado, tan apacible, despreocupado, entregado al placer que da estar en una buena cama.
Me levanté sin hacer ruido, para no perturbar tu descanso, al sentir el frío de la habitación, mi piel se erizó toda, haciendo que mis pechos tomaran posición de combate.´
Cogí tu camisa, que colgaba impecable sobre el perchero, y sin abotonarme, dejé deslizar suave la tela de tu camisa sobre mi. En ese instante tuve la sensación de que toda tu piel estaba rodeando mi anatomía, pero claro… solo era mi sensación, pues giré para verte y seguías inmóvil, en la misma posición.
Así como escapando del frío, corrí hacia el baño, abrí deprisa el grifo del agua y me dispuse a disfrutar de una buena ducha de agua caliente… dejé escurrir tu camisa de mis hombros para sentir esa suavidad recorriendo mi cuerpo.
Entré despacio a la ducha para ir dejando que el agua intente abrazarme, cogí el jabón en mis manos y comencé a enjabonarme mi rostro… sentía tan bueno su aroma. Allí comencé a sentirme seducida por la caída del agua y la suavidad del tacto de mis manos enjabonadas.
¡Qué placer!… pasar mis manos sobre las mejillas y deslizarme poco a poco.
¡Caramba amor!, si al llegar a mi boca y recorrer mis labios… de golpe vinieron a mi mente la imagen perfecta de tu mirada seductora, y tu dedo metido en mi boca… si hasta pude ver perfectamente el recorrido que le obligaste a hacer seguidamente por tu cuello, porque sabías que me excitabas haciéndolo.
Si acaso me vi obligada a seguirte el juego y eso fue lo que a continuación hice…
Así entonces, como jugando, bajé mis manos tratando de darme tiempo para gozar de ese recorrido…
Mis pechos estaban erguidos, mis pezones se elevaron como buscando el contacto de tus manos, pero tú no estabas… ¿o sí?.
Repentinamente sentí que la cortina se deslizaba suavemente detrás de mí… yo quedé inmóvil, cuando pude percibir tu calor sobre mi piel.
Allí quede, sin moverme, con el agua mojando mi cuerpo y tú por detrás… que sensación tan exquisita… te ofrecí el jabón ni siquiera girarme y mucho menos hablarte, tú lo tomaste en tus manos para luego comenzar a acariciar mi espalda.
Así, con suavidad, de arriba a abajo, de abajo hacia arriba, pero despacio… pues tus manos siempre hacen milagros en mi… pero pudo más el deseo y ya no pude contenerme, gire hacia ti, quedando frente a frente.
¡Era una combinación tan exacta!. Tu boca en mi boca, mi pecho en el tuyo, pero sobretodo poder sentir tu calor sobre mi vientre. ¡Qué placer! Sentir como me envolvías.
Allí sin palabras, sólo tu respiración. ¡Ay, tu respiración!.
Sin más tardar, levanté mi pierna izquierda sobre la tuya, mmm… ¡Rozar tu piel!.
Tu dejaste caer el jabón para dar la excusa justa y al intentar cogerlo, bajaste tu mano pero te detuviste… quizás era tu deseo… quizás era mi sexo que te llamaba y entonces te detuviste, y comenzaste a deslizar tus dedos con un suave vaivén sobre mi pubis desierto y entreabierto, poco pudiste resistir y comenzaste a darme placer mientras yo me aferraba a tu cuerpo como queriendo beberlo de un sorbo. Pegué mi cara a la tuya quedando tu boca a la altura de mi oído, amor… que delicia oír tu respiración, crecer y crecer al compás del movimiento de tu mano, y allí me dejé llevar y sin darme cuenta, bajé mi mano para buscar tu vara y guiarla hacia mi cueva…
Todo fue tan delicioso, subyugante, embriagador…
Sentí poco a poco y guiado por mis manos entrabas en mi, así, despacio, muy despacio, para ir tomando cada vez con más ímpetu.
Sí… así… entrabas y salías como lo hacia tu aliento en mi oído.
Tu cuerpo ye le mío, los dos en uno solo. Entrabas y salías, mientras el agua parecía querer ocultarnos… para que nadie escuche nuestra gloriosa sinfonía que ambos producíamos. Hasta que por fin estallamos sin contener ninguna emoción, por el contrario, yo gemía y tú acelerabas llenándome de placer.
Ay amor… ufff… como poder explicar todo lo que sentimos hoy… en este simple y sencilla historia.
Autora | Amanda Trixi.
Bruno Fernández | @BrunoFdz
¡Que bonito!... ainsss.
ResponderEliminarUn saludo y te sigo leyendo.
Ayyy yo quiero que hagan eso en la ducha...
ResponderEliminarMe ha gustado el relato.
Un abrazo chico !!.
Será simple y sencilla pero como me puso... bufff.
ResponderEliminarUn abrazo niño!!.
Ayyyy como me puse :P.
ResponderEliminarUn abrazo !!.
Muy bien escrito (¿y ahora cómo me bajo yo estooooo?) :D
ResponderEliminarCaray! Que erotico, me ha gustado por no decir excitado jajaja yo quiero escribir cosas asi y siempre me salen mongadas! Uuuf me voy a la ducha con agua fría!
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