23 agosto 2013

Sueño de verano.

804 | Sueño de verano.
Noches de alcoba.
(Relato no recomendado para menores de 18 años).

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Yo soy el arquitecto de mi destino

Mi mente estaba anulada por la resaca, provocada por el alcohol de los festejos de fin de año, aumenta dicha sensación. Me dirijo a la puerta de mi apartamento y luego me dirijo hacia el balcón a abrir la ventana, a ver si de esta forma se produce alguna brisa para paliar la situación.

En ese instante, un rio en el piso de abajo llama mi atención, me dirijo al balcón para ver lo que había pasado, pero lo hago con mucha precaución, ya que mi cabeza había dibujado la posibilidad de que fuera una situación inesperada.

Al asomarme veo a una mujer que, con una manguera, se moja con delicadeza, ajena y distante, de todo lo que ocurre a su alrededor.

Está vestida con un traje de baño muy diminuto que deja ver sus hermosos glúteos, como así también sus prominentes senos, cuyos pezones parecen querer escaparse del corpiño al resaltar por la tela mojada.

Su contoneo era tal, que despertó en mi el deseo, la ganas de tenerla entre mis brazos, para acariciar todo lo que estaba ofreciendo. De repente, sin dejar de mojarse, comienza a acariciarse suavemente, desliza su mano por la cintura llegando hasta su hermoso culo, el cual rodea un solo dedo hasta llegar al borde de su bikini, introduciendo su mano, comienza a tocarse de manera muy delicada.

Dejando la manguera, con la otra mano comienza a tocarse los pechos, a presionarse los pezones, y a estas alturas su cara comienza a transformarse en una mueca de placer.

Mientras tanto, yo que estaba caliente, sin darme cuenta llamo su atención, me mira y con una dulce sonrisa y sin dejar de tocarse, me hace una seña para que baje, no tardo en llegar más de cinco minutos, estoy delante de ella observándola, sin palabras, no puedo balbucear ni un "hola", levanta la manguera y en silencio la pone en mi mano para que la moje.

Comienzo a hacerlo por la espalda, dirigiendo el chorro hacia su cintura, lo bajo hasta su culo, es un placer verla como se mueve bajo el agua sin dejar de acariciarse, me calienta aún mas que comienzo a acariciarle la espalda con mucho temor, espero su reacción, pero como nada sucede continuo hacia abajo, llegando a la cintura me detengo, es tan pequeña, tan frágil, la tomo con mis dos manos y la giro hacia mí con mucha suavidad, hasta quedar enfrentados cara a cara mirándonos, sin decir una palabra.

Cojo de nuevo la manguera y dirijo el agua hacia sus pechos, su barriga y bajo hasta su pelvis, le acaricio un hombro, un pecho, deteniéndome en el pezón que está duro y parado, lo cojo entre mis dedos y mientras le tiro agua lo presiono en un movimiento circular, observando su cara y sus expresiones.

Ella me ofrece sus carnosos labios, incitándome con un roce muy leve de su pelvis sobre mi aparato, que para ese momento ya estaba más que erecto, comenzando los dos a acariciarnos y besarnos con mucha sensualidad.

Mis manos comenzaron a moverse con mucha experiencia, sin dejar de besarla, le desabrocho el corpiño y se lo saco con mucha suavidad, dejando de esa manera sus duros pezones a merced de mi lengua, que incansablemente los lame de forma circular, bajo luego suavemente por su barriga hasta detenerme en su ombligo, introduzco mi lengua en su interior produciendo en ella un suave gemido de placer, sigo con la lengua hacia abajo y comienzo a circundar su pelvis sin sacarle la parte de abajo del bikini.

Entrando por sus bordes repetidamente la excito de tal manera que me agarró por la cabeza con ambas manos, apretándome contra su suave capullo humedecido obligándome a pasar la lengua sobre el clítoris, mientras tanto con un leve movimiento de sus piernas hace que su bañador se deslice hasta quedar completamente desnuda.

Abriendo sus piernas deja que mi lengua le acaricie por completo su coño, mientras tanto le meto el dedo en el culo y con la otra acaricio sus tetas, acaba una vez con un gemido que me enloquece, me paro y hago que me la agarre con la mano, que me acaricie, que suavidad que tiene, me vuelve loco, se arrodilla y me la empieza a chupar, se la traga toda, me coge con la boca, que mamada, nunca antes me la chuparon así, no se como contenerme, la cojo por la cintura y la acuesto en el suelo, le doy la vuelta ofreciéndole todo, le empiezo a lamer el culo, le meto mi lengua dentro y se retuerce de placer, acaba otra vez, con un jadeo impresionante, que de solo escucharlo casi me hace correr.

Le sigo comiendo el culo hasta que me pide, por favor, que la haga mía, que le meta mi pene, que no aguanta más, se la pongo despacito por el coño, le jugueteo el clítoris, pero no aguanta, tirándose hacia atrás, hace que entre toda, y gime de placer, goza, se mueve, se retuerce acabando otra vez.

La saco y se la pongo despacito por el culo, juego con él, entro y salgo despacio, es tan cerrado, tan estrecho que me calienta aún más, me enloquece sentirla tan apretada y más sintiendo como se queja. Después de varios empujones entró hasta el fondo, comienzo a moverme dentro de ella de tal manera que los dos nos volvemos una máquina de placer, es tal el frenesí, que grita de placer.

Acompañándola, le digo que yo también estoy a punto de correrme, que no aguanto más, que es un placer inexplicable, que me vuelve loco.

Pero cuando estoy a punto de correrme… suena el despertador.

Autor | Raúl Giannelli

Bruno Fernández | @BrunoFdz

4 comentarios:

  1. ¿Por qué siempre que tenemos un sueño de estas características y estamos en lo mejor de dicho sueño suena el despertador?. Indescifrable misterio xD.

    Muy buena la historia... Un saludo y te sigo leyendo.

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  2. caray!! jajajaja solo falto describir los jugos! jajajaja
    buena historia!!

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  3. Jejejeje... justo en el climax del sueño suena el despertador xD... que malote eres.

    Un abrazo.

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  4. ¡Si es que hay que irse a la cama antes, que luego suena el despertador en lo mejor! :D

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