Imagen | Anoche soñé que volvía a Manderley.
¿Quien no recuerda la fabulosa serie de anime que adaptaba las aventuras de Sherlock Holmes en forma de serie de 26 episodios, caricaturizando a sus personajes en perros?.
Al oír el nombre de esta serie de animación de televisión muchos de nosotros empezaremos a cantar el estribillo de ese “opening” tan carismático. Cuantas veces hemos venido corriendo del colegio para ver como su astucia canina resolvía otro caso detectivesco mientras nos comíamos un bocadillo de nocilla. Y sí, no estoy loco, era pura inteligencia animal. Adentrémonos un poco en ella.
Basada en el personaje “Sherlock Holmes” creado por el escritor Sir Arthur Conan Doyle de 1.887, su principal cualidad es el diseño de personajes fruto del maestro Hayao Miyazaki, Marco y Gi Pagot. Pensaron en dibujar a los personajes con formas de perro para darle un aire más familiar y alejarse del tono oscuro que sobrevuela en ocasiones los relatos del escritor escocés.
De esta pequeña idea, nacía una serie muy grande en todos los sentidos. Nos encontramos ¿cómo no?, en Londres, donde nuestro detective preferido, Sherlock Holmes, junto con su inseparable compañero de fatigas, el Dr. Watson, viven en la pensión dirigida por la Sra. Hudson.
La serie, aunque ambientada en época victoriana, conjuga elementos de la ciencia ficción y los personajes son en su mayoría perros con apariencia antropomorfa. Los capítulos eran autoconclusivos y las tramas apenas tuvieron nada que ver con las historias de Conan Doyle. La maldad de Moriarty era contrarrestada por Holmes, Watson y la Sra. Hudson, y Scotland Yard, con Lestrade a la cabeza, siempre quedaba en ridículo.
Todos ellos encarnando sus papeles a la perfección. Holmes, como es costumbre en un “gentleman” inglés que no renuncia a alcanzar el ritmo musical con cierto instrumento y a los experimentos químicos; Watson continúa siendo un torpón, aunque noble, ayudante; y la Sra. Hudson, es la cocinera perfecta de la casa, pero no elude sus citas personales con las aventuras en algunos episodios y otorgará el tono romántico a toda la serie.
Y, como en toda historia de Holmes tiene que haber un malo, el entrañable malvado Profesor Moriarty, un patoso, egocéntrico, al que todo le salía mal y que tenía una risa muy característica “Jajejijoju”. sus secuaces, Todd y Smiley, eran los típicos tontorrones. Lestrade, el inspector de Scotland Yard, no quiere que Holmes se inmiscuya pero sabe que sin él jamás podrá atrapar a Moriarty, su objetivo vital. A Lestrade le acompañan un buen número de agentes que se hacinan en los característicos coches de vapor que pueblan la serie.
La serie combina los pasos típicos de un procedimental con el humor, el sarcasmo y, en ocasiones, con el drama. Los capítulos tienen un ritmo trepidante, los casos tratan delitos de robo, secuestro, expolio… y la ambientación contribuye a potenciar aspectos realistas disfrazados por el matiz de la animación y la fantasía. La serie, de hecho, trata temas adultos con total naturalidad, como la diferencia de clases, y en muchas ocasiones son niños lo que protagonizan las historias o lo que ayudan a Holmes a resolver los casos.
Sólo 26 episodios bastaron para convertir “Sherlock Holmes” en una de las series de dibujos más recordadas, a pesar de las trabas puestas por los herederos de Sir Arthur Conan Doyle.
Fuentes | Vayatele, Oxigen Star.
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¡¡ Como me encantaba esta serie !!.
ResponderEliminarMi preferido era el profesor Moriarti... sobre todo esa risa característica que tenía.
Un abrazo.
También a mi me encantaba esta serie...
ResponderEliminarSalu2.
Yo siempre he sido un gran admirador de Sherlock Holmes, tanto de la serie de dibujos, cine y libros, Sherlock Holmes fue uno de mis personajes favoritos, su poder de deducción era único.
ResponderEliminarUn saludo,
Óscar J.
La serie era chula, pero el mejor era el malo, el profesor Moriarti...
ResponderEliminarUn abrazo.