13 septiembre 2011

Curiosidades sobre la muerte.

Imagen | Ciudad Jomagaro.

La Muerte Amigas y amigos, nacer y morir son verbos que indefectiblemente deberemos conjugar durante nuestro corto o largo existir. Ambos conceptos están rodeados de infinitos misterios, hoy el tema a tratar es la muerte y su entorno, con la información recopilada intentaré poner un manto de conocimiento sobre esta situación.

La muerte es el fin de la vida, la culminación del existir como un organismo vivo. Se suele decir que una de las características clave de la muerte es que es definitiva, y en efecto, los científicos no han sido capaces hasta ahora de presenciar la recomposición del proceso homeostático desde un punto termodinámicamente recuperable.

Estas son algunas curiosidades que he encontrado en varias páginas web y esperemos que la parca nos visite lo más tarde posible.

La práctica de enterrar a los muertos podría datar de hace 350.000 años, tal y como quedó evidenciado en la fosa de Atapuerca (España) donde a 14 metros de profundidad se encontraron los fósiles de 27 homínidos de la especie Homo Heidelbergensis, un posible antecesor del Neanderthal y del humano moderno.

La causa de muerte, en todos los casos, es la falta de oxígeno. Su reducción puede provocar súbitos espasmos musculares, o “fase agónica”, derivada de la palabra griega “agon”, o lucha.

A los tres días de la muerte, las encimas que una vez digerían tu cena comenzarán a devorarte. Las células fracturadas se convertirán en comida para las bacterias vivas del intestino, las cuales liberarán suficiente gas tóxico como para inflar al cadáver y forzar a los ojos a que se salgan de las órbitas.

En general, cuando muere una persona, el oído es el último sentido en perderse, el primero suele ser la vista, seguido del gusto, el olfato y el tacto.

El funeral de Alejandro Magno en la actualidad habría costado 600 millones de dólares. Fue construida una carretera de Egipto a Babilonia para llevar su cuerpo.

Cuando el inventor Thomas Edison murió en 1.931, Henry Ford capturó su último suspiro en una botella.

Ahora lleva más tiempo la descomposición del cuerpo debido a los conservantes de los alimentos que comemos hoy en día.

El creador de Star Trek, Gene Roddenberry, fue la primera persona en poner sus cenizas en un cohete y ser “enterrado” en el espacio.

Unas 100 personas mueren cada año atragantadas con lápices. En cuanto a probabilidades, hay más causas de ser asesinado por un corcho de una botella que por la picadura de una araña. Además, más de 2.500 personas mueren anualmente porque son zurdas y utilizan herramientas para diestros.

En Estados Unidos, el 80% de las personas mueren en un hospital. En Nueva York hay más suicidios que homicidios, y en el puente de San Francisco se suicidaron nada menos que 1.218 personas.

Durante la expansión de las líneas ferroviarias en Egipto, en el siglo XIX, las empresas encargadas de la construcción desenterraron tantas momias, que las usaban como combustible para las locomotoras.

Alternativamente, una empresa sueca llamada Promessa, puede desecar tu cuerpo en nitrógeno líquido, pulverizarlo con vibraciones de alta frecuencia, y sellar al polvo resultante en un ataúd biodegradable elaborado con harina de maíz. Afirman que este “enterramiento ecológico” se descompone en 6 o 12 meses.

En la Europa del siglo XIX existían tantas evidencias anecdóticas de personas vivas que eran declaradas muertas erróneamente, que los cadáveres eran llevados a “hospitales para muertos” donde se les vigilaba a la espera de señales de putrefacción.

Se estima que 100.000 millones de personas han muerto desde que surgieron los humanos.

Cuando un individuo fallece, su cuerpo entra en una fase de relajación muscular que también afecta a la vesícula seminal, la cual descarga su contenido a las pocas horas de la muerte. Por esta razón se dice que los muertos eyaculan.

Los postizos de silicona explotan violentamente durante las incineraciones y, en caso de ser inhumados, se corrompen junto al cuerpo. En ocasiones, al exhumar un féretro, se pueden descubrir objetos de todo tipo, como marcapasos.

Ciertas enfermedades producen pus, que tras la muerte del paciente se pega a los huesos tiñéndolos de un color verdoso.

Los sonidos que se oyen en un cementerio, y que tanta mitología han creado, suelen proceder de la combustión y explosión del gas metano acumulado dentro de los féretros.

La temperatura de las incineradoras alcanza los 1.000° C y se consigue con gas natural. A pesar de esos altos niveles de calor, se requieren varias horas para completar una cremación, aunque también depende de si el difunto es obeso, ya que la grasa corporal combustiona más fácilmente.

La pelvis y el cráneo (los huesos del cuerpo con mayor concentración de calcio) son capaces de sobrevivir al horno crematorio prácticamente  intactos, aunque calcinados. Las llamas sólo consiguen reducir su tamaño en un 25 por ciento.

Bien amigas y amigos, hice este post pues pienso que la muerte es algo que debe estar presente en nuestros conocimientos, mas allá del buen o mal gusto del tema.

Fuente | Web Adictos.

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6 comentarios:

  1. ¡Joder, me he quedado flipado con este artículo!, había datos que no conocía.

    Un abrazo !!.

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  2. Celso, impresionante y curioso post, eso de la pérdida gradual de los sentidos me ha llamado la atención.

    Creo que he estrenado tu casillero de votos en bitácoras, pues debe de acabar de salir. Suerte.

    Un abrazo.

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  3. @JRio gracias, yo también he estrenado tu casillero (creo).

    Un abrazo chico.

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  4. Yo también me he quedado asombrado con la pérdida de los sentidos... no sabía que el último sentido que perdíamos era el oído.

    Por lo demás te ha quedado un post estupendo.

    Salu2.

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  5. ya tienes mi voto en biracoras.
    Un saludo

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  6. Me he quedado de piedra con algunos datos relacionados con la muerte.

    Y lo de los sentidos me ha dejado perplejo.

    Un abrazo.

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