1.171 | Algo muy grave va a suceder en este pueblo.
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Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación.
Los hijos le preguntan qué le pasa y ella responde:
-- No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo –.
Ellos se ríen de la madre. Dicen que esos son presentimientos de vieja, cosas que pasan. El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:
-- Te apuesto un peso a que no lo haces –.
Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mamá o una nieta o en fin, cualquier pariente. Feliz con su peso, dice:
-- Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto –.
-- ¿Y por qué es un tonto? –.
-- Hombre, porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo –.
Entonces le dice su madre:
-- No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen –.
La pariente lo oye y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero:
-- Véndame una libra de carne (y en el momento que se la están cortando, agrega). Mejor véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado –.
El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar una libra de carne, le dice:
-- Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas –.
Entonces la vieja responde:
-- Tengo varios hijos, mire, mejor deme cuatro libras –.
Se lleva las cuatro libras; y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo, está esperando que pase algo.
Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde, hace calor como siempre. Alguien dice:
-- ¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo? –.
-- ¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor! –.
(Tanto calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos).
-- Sin embargo (dice uno), a esta hora nunca ha hecho tanto calor –.
-- Pero a las dos de la tarde es cuando hay más calor –.
-- Si, pero no tanto calor como ahora –.
Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:
-- Hay un pajarito en la plaza –.
Y viene todo el mundo, espantado, a ver el pajarito.
-- Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan –.
-- Si, pero nunca a esta hora –.
Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
-- Yo sí soy muy macho (grita uno). Yo me voy –.
Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el momento en que dicen:
-- Si este se atreve, pues nosotros también nos vamos –.
Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.
Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:
-- Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa –. Y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.
Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, clamando:
-- Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca –.
Gabriel García Márquez (Colombia, 1.927 – Ciudad de México, 2.014).
Gabriel García Márquez está relacionado de manera inherente con el realismo mágico y su obra más conocida, la novela "Cien años de soledad", es considerada una de las más representativas de este género literario e incluso se considera que por su éxito es que aquel término se aplica a la literatura desde los años setenta.
» Lucía Magariños.