987 | Sempre en Galiza (Siempre en Galicia).
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Galicia é a mellor esquina do solar hispánico, cabo do mundo antigo e avanzada de Europa nomar intenso da liberdade. A artiquectura barroca do noso chan, labrada en pedra granítica, está sempre coberta por un manto de zugoso verdor.
Os montes son verdosos como peitos de muller e as serras son como lombos de boi cebado. Os vales son ledos e farturentos. O mar tolea de carraxe cando non o deixan penetrar na terra; pero cando entra, quédase adormecido no leito das rías.
Galiza é unha unidade territorial armónica, de formar e cor, perfeitamente diferenciada do resto da España. A patria é a terra. A terra que nos dou o ser e que nos recollerá na morte como semente de novas criaturas.
A terra que cría frores nos campos onde atopamos sombra fresca no verán e quentura garimosa no inverno; onde sofremos as inquedanzas das sementeiras e gozamos a ledicia das colleitas; onde o vendaval brúa nas ponlas dos carballos e funga nas cordas dos barcos onde esboufan as ondas do mar nos cons da ribeira e ruxen nos areaes; onde por primeira vez ollamos a choiva, a brétema, o sol, o luar, o "arco da vella" e a noite estrelecida.
¡Como lle queremos a terra! Eu de min sei decirvos que si dispóis de morto tivese que voar máis alá das estrellas visibles, para ir a un ceo tan lonxano da terra, que nunca máis poderá vela, de boa gana renunciaría á inmortalidade para rematar a miña vida debaixo dunha laxe e convertirme en herbas ventureiras.
Certo que a terra que amamos tanto aínda é un "val de bágoas"; pero nós, os galegos, superaremos a predicción relixiosa e trocarémola en paradiso.
Galicia es la mejor esquina de solar hispánico, el cabo del mundo antiguo y avanzada de Europa en el mar inmenso de la libertad. La arquitectura barroca de nuestro suelo, labrada en piedra granítica, está siempre cubierta por un manto de zugoso verdor.
Los montes son redondos como los pechos de una mujer y las sierras son como las espaldas de un buey cebado. Los valles son felices y copiosos. El mar enloquece de rabia cuando no lo dejan penetran en la tierra; pero cuando entra, se queda adormecido en el lecho de las rías.
Galicia es una unidad territorial armónica, de formas y color, perfectamente diferenciada del resto de España. La patria es la tierra. La tierra que nos dio el ser que nos recogerá en la muerte como semilla de nuevas criaturas.
La tierra que cría flores en los campos donde encontramos sombra fresca en el verano y calor cariñoso en el invierno; donde sufrimos las inquietudes de la siembra y gozamos de alegría de las cosechas; donde el vendaval agita las ramas de los carballos e funga en las cuerdas de los barcos donde bufan las olas del mar en los conos de la ribera y rugen los arenales; donde por primera vez ojeamos la lluvia, la niebla, el sol, la luna, el arco iris y la noche estrellada.
¡Como le queremos a la tierra! Yo de mi sé deciros que si después de muerto tuviese que volar más allá de las estrellas visibles, para ir a un cielo tan lejano de la tierra, que nunca más pudiera verla, de buena gana renunciaría a la inmortalidad para terminar mi vida debajo de una lápida y convertirme en hierbas ventureras.
Cierto que la tierra que amamos tanto aún es un valle de lágrimas, pero nosotros, los gallegos, superaremos la predicción religiosa y la cambiaremos en paraíso.
Alfonso R. Castelao (Rianxo, A Coruña 1.886 – Buenos Aires, Argentina 1.950).
En la vida de Castelao, tan polifacética, no podía faltar la emigración y el exilio. De hecho, su infancia se vio marcada por la emigración y los últimos años transcurrieron en el exilio bonaerense, esa suerte de Galicia Ideal. La obra de Castelao, escrita casi íntegra en gallego, siempre reflejó su compromiso con el galleguismo y con el mundo.
» Marcos Castro.