849 | Vikingos, los hombres del Norte.
Historia.
Se les llama Vikingos a la población de Escandinavia (Noruega, Suecia y Dinamarca principalmente) que aterrorizaron el territorio europeo alrededor del siglo VI a XI y quiere decir "Hombres del norte". También se sostiene que viene de la frase "Vik in" y que significa "bahía adentro", refiriéndose así a sus desembarcos.
Aventurados marineros y excepcionales guerreros, establecieron un régimen donde sólo su conversión al cristianismo podría detenerlos, ya que al cabo del tiempo terminaron siendo absorbidos por la cultura de las regiones que conquistaron.
Los Vikingos atravesaban velozmente el mar asolando las costas desde sus "drakkars" (llamadas así porque las proas y popas de sus naves estaban adornadas con cabezas de dragón). Los Vikingos, que significan "hombres del norte", fueron la última de las tribus bárbaras llamadas germanas por los romanos que aterrorizó Europa.
La población se sentía atemorizada por los Vikingos debido a su ferocidad y crueldad. Por otra parte, además de buenos guerreros, los vikingos eran diestros artesanos, marineros, exploradores y comerciantes.
Durante 250 años, los habitantes de las poblaciones europeas desde Dublín a Kiev vieron perturbadas sus ya difíciles vidas por la violenta irrupción histórica de un pueblo cuyos muchos nombres se susurraban, temblando, en torno a las hogueras altomedievales. Los eslavos los llamaban rusos; los anglosajones, daneses; los irlandeses, gail o lochlannaiigh; los andalusíes, magos, y los francos, normanni. Se trataba de los Vikingos.
Semejante diversidad de nombres se correspondía con su vaga procedencia, allá en el helado norte del continente. De hecho normanni y lochlannaigh significan los mismo: hombres del norte, norteños o nórdicos. Para los demás europeos eran gigantes que portaban espadas y hachas enormes con las que podían partir en dos a un hombre de un solo tajo; bárbaros paganos que saqueaban y reducían a cenizas los sagrados (y riquísimos) monasterios mientras se reían a carcajadas ante la imagen del crucificado; individuos feroces y salvajes que asaltaban las ciudades costeras robando, violando y matando sin piedad.
La ganadería, la agricultura y la pesca fueron la base de subsistencia de los habitantes de Escandinavia durante siglos. En los siglos VI y VII, se desarrolló el comercio a lo largo del Mar Báltico y con Rusia a través de sus grandes ríos. Repentinamente, a finales del siglo VIII los vikingos comenzaron sus agresivas incursiones sobre las costas de Europa. Las razones pueden ser diversas. Las incursiones de los vikingos posiblemente se debieron al descubrimiento de la riqueza de los pueblos del sur por los comerciantes, aunado a la relativa debilidad de éstos y su ventaja como navegantes experimentados y veloces embarcaciones.
Las incursiones de los vikingos cesaron a finales del siglo X. Dinamarca, Suecia y Noruega se habían convertido en reinos, y los reyes dedicaron la mayor parte de sus energías al gobierno de sus dominios. Con la expansión del Cristianismo, los antiguos valores guerreros de los vikingos se debilitaron hasta desaparecer. Las culturas que habían conquistado los absorbieron; y así los ocupantes y conquistadores de Inglaterra se volvieron ingleses, los normandos franceses y los varegos rusos.
La imagen que se ha transmitido como salvajes, tal vez no sea del todo exacta. Las tintas de autores (casi siempre monjes o religiosos) se hallan lastradas por la marcada preferencia vikinga de atacar los propios monasterios donde ellos escribían. Sin duda, aquellos hombres del norte eran temibles y muchas de las grandes salvajadas que se les atribuyen fueron muy reales, pero también es cierto que su tan pregonada crueldad no alcanzó ni de lejos la de los magiares de Sajonia, la de los tunecinos en Italia y Provenza o la del propio Carlomagno, que asistió embelesado a la decapitación de 5.000 enemigos sajones.
Fuente | Muy interesante.
Celso Bergantiño | @moradadelbuho