683 Alianza de los nobles gallegos con el Rey de Portugal
La victoria de Enrique de Trastámara frente a Pedro I en 1.369, va a suponer un grave conflicto en el interior de Galicia, ya que la mayor parte de los nobles gallegos no lo reconocer como tal y con el beneplácito de los municipios del Reino demandan como Rey a Fernando I de Portugal en ese mismo año para que gobierne Galicia, asegurándole a sus partidarios gallegos que "levamtariam voz por elle (…) e que lhe daríam as villas e o reçseberíam por senhor, fazémdolhe dellas menagem".
Se produce por un corto espacio de tiempo la culminación práctica de la repetida tendencia de aproximación entre los Reinos de Galicia y Portugal propugnada por influyentes grupos sociales gallegos y activa desde había tiempo.
Acompañado desde Portugal por importantes partidarios nobles de la causa legitimista, significados representantes de la nobleza gallega, entre ellos Fernando Pérez de Castro (conde de Trastámara), el caballero y señor de Salvaterra, Álvaro Pérez de Castro y Nuño Freire de Andrade (Maestro de la orden portuguesa de Cristo). Su entrada en el Reino de Galicia fue triunfal, siendo aclamado en ciudades gallegas.
Conseguido su objetivo de dar apoyo a los nobles gallegos entusiastas suyos, la política de Fernando I de Portugal pasó por la restauración de las plazas fuertes de Tui y Baiona entre otras, la liberación del tráfico comercial entre Galicia y Portugal así como el abastecimiento de cereal y vino por vía marítima a las poblaciones gallegas mermadas por la guerra directamente desde Lisboa.
Realizó igualmente disposiciones económicas para lo cual "mandó fazer moneda de suas senhais d'oro e prata, asii (…) na Crunha (A Coruña) e em Tuy (Tui)", testimoniando las Cortes de Lisboa del año 1.371 la validez de las monedas indistintamente en el Reino de Galicia como en el de Portugal.
Pese al éxito inicial, la presencia del monarca portugués en el Reino fue corta.
Enrique de Trastámara, asistido por los mercenarios de las Compañías Blancas organizó una contraofensiva en tierras portuguesas que obligaría a Fernando I a retornar a Portugal, haciéndose de este modo con el Gobierno de Galicia brevemente, hasta la llegada del Duque de Lancaster a A Coruña y su coronación en Santiago de Compostela.
Fuente | Faro de Hércules
Celso Bergantiño (@moradadelbuho)