645 Leyenda de Argentina, Bélek el vampiro
El mito de Bélek comienza cuando un circo proveniente de Rusia de instala en el Bajo Flores a dar sus funciones. Bélek era uno de los enanos que trabajaba en dicho circo.
Cuentan los vecinos del lugar que durante ese tiempo empezaron a desaparecer gallinas y otros animales del lugar. No se sabía cuál podía ser la razón hasta que una noche encontraron a Bélek mordiendo el cuello de una mona. El dueño del circo en vez de enviarlo a la justicia decide partir con el circo y como castigo dejar sólo a Bélek en el Bajo Flores.
Éste mito ha hecho que mucha gente del barrio haya tomado precauciones tales como tapar las ventanas de las casas con ajo, al salir fuera de sus casas llevar un diente de ajo en los bolsillos, y hasta hubo el caso de un hombre que sólo salía de su casa usando botas de cuero para protegerse del enano.
Bélek, que procedía de la zona de los Cárpatos (como el Conde Drácula), fue expulsado después de que el dueño del circo, Boris Loff, el hombre bala y la mujer barbuda lo encontraran prendido al cuello de Vera, una mono tití. Pero el mito de Bélek, el enano vampiro, apenas comienza aquí.
El verdadero horror se desató cuando se refugió en una casa semiabandonada del Bajo Flores y los gatos del barrio comenzaron a desaparecer misteriosamente.
La leyenda cuenta que la gente protegió sus casas con ristras de ajo y todos llevaban crucifijos por miedo a sus ataques.
Una noche de invierno, los hombres del barrio cazaron al enano vampiro con la red de un arco de fútbol, cerca de la estación Flores, pero se les escapó.
Aseguran que aún vive en el cementerio de Flores y sigue haciendo de las suyas.
Pues bien, parece ser que varias personas, en diferentes puntos de Buenos Aires, como Palermo y Puerto Madero, aseguran haber visto aterrorizados la figura de un enano moverse increíblemente rápido entre las sombras, huyendo al ser sorprendido o advertir presencia alguna, dejando tras de sí el cadáver de algún animal callejero. Incluso en uno de los casos, viéndose acorralado llegó a morder a uno de los testigos.
¿Continúa quizás Bélek deambulando por las calles bulliciosas de la noche de Buenos Aires?.
Fuente | Cabiados
Celso de Ourense (@moradadelbuho)