420 El diario de Bruno Fernández: La vuelta al cole
Si os soy sincero, cuando "Pitufa" y yo habíamos quedado para compartir los gastos sobre el material escolar de nuestro hijo Carmelo pues he sentido un poco de añoranza cuando en mis tiempos he vivido todos esos años de mi infancia cuando a finales de agosto y principios de septiembre cuando en la televisión ya anunciaban "La vuelta al cole de El Corte Inglés".
Recuerdo como si fuera ayer mi primer día de colegio cuando a la tierna edad de 3 años mi madre ya me preparaba para lo que se me avecinaba, eso sí, a su estilo: "te lo vas a pasar bien", "vas a conocer a un montón de amigos", "vas a aprender mucho" así como un largo etcétera, convenciéndome que el colegio sería la mejor etapa de mi vida.
Yo todo ilusionado y cuando llegó el día de pisar ese colegio y al ver esos niños llorando porque no querían entrar en el colegio pues me solidaricé con ellos y empecé a llorar como un condenado y mi madre al ver tal percal me suelta: "es normal que lloren y pataleen porque están nerviosos", "tú no te preocupes y para de llorar", pero no había manera… Aquella llorera era tan contagiosa que me afecto a mí y me agarré a lo primero que encontré y mi madre sudó muchísimo para liberarme que aquella farola que adornaba la entraba al colegio.
Hasta que al final cedí y le hizo caso a mi madre y recuerdo que aquel primer día lo pasé mal, pero que muy mal, compañeros que pasaban de todo e iban a su bola, otros que no paraban de llorar incluso en clase: "quiero ir con mi mami", "mami porque me abandonas", se podía oír en el aula donde estaba y no sé si la profesora que me había tocado ese año (Elvira se llamaba) estaba desesperaba porque no podía controlar esa clase o simplemente también estaba depre porque también volvía al cole. Y yo pensaba que ya estaban preparadas para ese percal que le avecinaba.
Recordando aquellos tiempos mientras tomábamos un café, "Pitufa" también me comentara que había pasado algo parecido con lo que que pasó a mi.
Pero a ella fue un poco más duro porque resulta que su madre le había puestos trenzas y las niñas no sé si era por envidia o porque no soportaban que una niña llevase trenzas pues le empezaron a tirar de ellas (pobre) y se fue corriendo a junto su madre diciendo: "no quiero estas trenzas, las niñas me odian por llevarlas" y su madre en un alarde de sinceridad pues se las quita y le arregló bien el pelo para que "Pitufa" fuera contenta.
Como habréis leído tanto "Pitufa" como yo pues tuvimos un primer día complicado cuando empezamos nuestros estudios en el colegio.
Pero con Carmelo fue distinto…
Cuando Carmelo tenía 3 años estaba emocionado porque se adentraba en una nueva etapa y como dije antes, estaba feliz porque iba a conocer nuevos amigos y que seguramente haría buenas migas con sus nuevos compañeros de clase.
Allí estábamos "Pitufa" y yo, cuando comenzó el colegio nuestro hijo, por aquella época ya estábamos separados (pero eso es una historia aparte que muy pronto va a ser escrita en "La Morada"), pero mantenemos una buena relación.
Bueno, el caso es que estábamos viendo como sucedían los acontecimientos y como dije antes, nuestro hijo estaba contento.
Una vez que lo dejamos en el patio del colegio y como había cartelitos de las clases pues no hubo problema en que nuestro hijo fuese raudo y veloz a la fila de su clase y en cuestión de segundos ya veíamos como se relacionaba con sus compañeros:
-- Hola, me llamo Carmelo, ¿como te llamas? –.
-- ¿Porqué lloras si vamos a estar la mar de bien? –.
Al oír semejantes frases "Pitufa" y yo nos miramos sorprendidos y esbozamos una sonrisa porque habíamos conseguido que el nene no rompiera a llorar y se tomara su primer día de cole muy bien y que no hubiese problemas.
Cuando entramos en una cafetería cercana al colegio pues empezamos a recordar nuestro primer día de colegio que ya os había mencionado antes:
-- ¿Te imaginas que fuese así nuestro primer día de colegio? –. Me preguntó Pitufa.
-- Sí, yo pienso que sería más fácil para nuestros padres y que no se preocupasen tanto –. Le contesté.
-- Ojalá le vaya bien en este colegio y que haga buenos amigos –. Me dice.
-- Bueno, yo creo que no va a haber problema, si no ya viste lo rápido que se relacionó con sus "compis" –. Le dije tranquilizándola.
Hoy, a sus 6 años (para Diciembre cumple 7), mi hijo "Carmelo" es uno de los niños más adorables del colegio (como se nota que soy su padre) y puedo decir que tiene muy buenos amigos.
¿Y tú, te acuerdas de tu primer día de colegio?… Ya sabes que tienes los comentarios abiertos para opinar.
Bruno Fernández (@BrunoFdz)