369 La bandera y escudo de España
Las banderas existieron desde la época más remota, siendo la representación más antigua que conocemos la que aparece en unas cerámicas pintadas que se encontraron en tumbas egipcias pertenecientes a los primeros tiempo de ese antiguo país. También tenemos noticia de las banderas utilizadas por las doce tribus de Israel.
En Grecia se usaron banderas desde los tiempos de Licurgo; cada ciudad-estado tenía la suya, en la que aparecían los distintos animales simbólicos. Los romanos también introdujeron en sus banderas la representación de diversos animales, como la legendaria loba, el mitológico minotauro, etc… El águila, que con el tiempo habría de convertirse en la característica representación de las glorias imperiales, aparecía en la época de Mario. Famosísimo es el lábaro romano, que se usaba ya en la época de César, pero que adquirió su mayor importancia y trascendencia cuando Constantino, obedeciendo (según piadosa leyenda) a un mandato divino, mandó poner en él la cruz de los cristianos y el anagrama de Cristo.
En la edad Media, la bandera aparece ya, en su acepción de símbolo, en un aspecto mucho más concreto. Sin embargo, por no haberse formado aún las definitivas nacionalidades, no tiene todavía una forma permanente, sino que cambia y se modifica con las conquistas, las herencias, los entronques matrimoniales, etc.
Con la Edad Media se llega ya a la constitución definitiva de las Naciones Europeas, pero como en aquel tiempo el Rey y el Estado eran aún una misma cosa, las banderas no pueden ser consideradas todavía como verdaderamente nacionales, sino más bien como representativas de las distintas Casas Reales. Estas banderas, que podríamos llamar dinásticas, si bien se mantuvieron durante varios siglos, dieron paso, al correr de los tiempos y de las evoluciones políticas, a los colores propiamente nacionales; las armas y los blasones reales fueron reduciéndose de tamaño hasta ocupar tan sólo el centro o un lugar destacado de las nuevas banderas representativas de la nación.
La Bandera de España.
Actualmente la bandera española ostenta los colores rojo y amarillo, dispuestos en tres franjas horizontales, con el amarillo en el medio. La creó el Rey Carlos III.
Antes, la Bandera de España era blanca con flores de Lis, o sea, los colores de la Casa de Borbón; pero como en Francia reinaba la misma dinastía y utilizaba la misma bandera, cabe suponer que semejante situación debía acarrear frecuentes y lamentables confusiones. Por eso, Carlos III decidió formar una bandera nacional con los colores de su antiguo Reino (Nápoles), que no eran otros que los de Aragón y Catalunya, introducidos por Alfonso el Mangnánimo y constituidos por barras rojas sobre fondo amarillo. Y esta bandera, tomada en su mitad únicamente, dio lugar a la de las dos franjas rojas y una amarilla. En el centro campea el Escudo de España.
El escudo de España ha pasado a lo largo de la Historia por muchas modificaciones, algunas tan radicales que lo han cambiado totalmente. El Escudo Oficial de España está regulado por la Ley 33/1981 de 5 de octubre de 1.981. El castillo y el león representa la unión de Castilla y León desde el siglo XIII.
Significado de los elementos del escudo de España:
Las bandas rojas y amarillas hacen referencia a la Corona de Aragón. Las barras rojas eran armas de Wilfredo I "El Velloso", primer conde independiente de Barcelona (874 a 898), que según la leyenda fue herido en una batalla contra los normandos en el año 875. Entonces, el Rey Carlos "El calvo" le visitó en su tienda y le rogó una merced, a lo que Wilfredo dijo: "Dadme, señor, un blasón para mi escudo". El escudo estaba a la cabeza del lecho, y entonces el monarca mojó los dedos con la sangre de la herida de Wilfredo y los pasó por el escudo dorado marcando cuatro rayas rojas, diciendo: "Divisa que con sangre se gana, con sangre debe estar escrita. Estas barras serán las armas de vuestro escudo".
Las cadenas representan el Reino de Navarra, unido a la monarquía desde 1.512. Se dice que proceden de la batalla de Navas de Tolosa, ganada por los Príncipes cristianos al Miramolón Mohamed, que tenía la tienda rodeada por camellos amarrados con poderosas cadenas. Tras la batalla, los navarros se llevaron la cadenas y conformaron el escudo de Navarra.
La granada simboliza el Reino de Granada, último reducto musulmán tomado en 1.492.
En cuanto a las columnas con la leyenda "Plus Ultra", decir que el emblema de los Reyes Católicos era "non plus ultra" (así consta, por ejemplo, en el escudo actual de Melilla), en referencia a que las columnas de Hércules (dos colinas situadas a ambas orillas del estrecho de Gibraltar) se tenían como uno de los límites del mundo. El posterior descubrimiento de América implicó la eliminación del "non", ya que carecía de sentido. Luego cambiaría completamente el significado, haciendo referencia a la conquista y a la obra española en el nuevo mundo descubierto en 1.492 (más allá de ultramar).
Origen del nombre:
Llamada por los griegos y cartagineses Iberia en alusión al Río Iber (actual Río Ebro), Hispania es el nombre por el que los romanos conocieron a la Península Ibérica, es decir, a los actuales territorios de España y Portugal. Roma prefirió la palabra Hispania (que etimológicamente significa "tierra de conejos") y que deriva de una voz cartaginesa alusiva a la característica zoológica de estas tierras en la antigüedad. La nueva denominación pervivió más allá del fin del Imperio Romano y por evolución lingüística fue transformándose, primero en Spania y finalmente, en España.
Fuentes | Enciclográfica, Marloban 2.000