280 Procrastinación sexual
Cuando una pareja lleva cierto tiempo junta, la fogosidad sexual tiende a disminuir. Bueno, hay casos en los que no, siempre hay excepciones, pero vamos a lo que les suele ocurrir a la mayoría de los humanos; y sí, el interés y la frecuencia del contacto sexual llegado un momento disminuye.
Cuando hablamos de procrastinación sexual no nos referimos a los casos en lo que las parejas están en crisis y los encuentros sexuales son evitados debido a esta problemática, ni a la evitación que surge a consecuencia de otros problemas sexuales, sencillamente nos referimos a casos en que se difieren los encuentros sexuales sin que existan motivos, más allá de la falta de motivación o la pereza para ponerse a la tarea.
El término procrastinación viene del latín “procrastinare”, que significa diferir, aplazar y, obviamente, si lo unimos al apelativo sexual, hace referencia a la ejecución de los contactos sexuales, o mejor dicho, al aplazamiento de esas manifestaciones sexuales, especialmente las realizadas con la pareja. Así, las y los “procrastinadores” sexuales son aquellas personas que encuentran cualquier excusa para evitar o posponer los encuentros sexuales.
¿A que ya va sonando eso de la procrastinación sexual?. Vivimos sometidos a tantos estímulos que para algunos y algunas hacer el amor puede llegar a ser aburrido, máxime si se hace siempre con la misma pareja. Para las personas proclives a la procrastinación sexual, el sexo está poco valorado y siempre tienen montones de cosas más interesantes que hacer.
Lo van dejando y dejando, hoy por una cosa, mañana por la otra y el tiempo va pasando y no les sale la media de dos o tres veces por semana, y puede que ni siquiera por mes. Esto puede ocurrirle a la gente joven en todo el esplendor hormonal; que los maduritos y maduritas llevan otro ritmo; aunque en algunos casos la motivación le puede ganar la partida a las hormonas. Suele ocurrir que si empezamos a llenar nuestro tiempo libre con actividades y compromisos de todo tipo no hay forma de encontrar tiempo. Además con tantos estímulos a nuestro alcance la cosa se pone más difícil y las excusas se suceden un día tras otro.
Es verdad que todos podemos haber pasado por períodos de procrastinación sexual, el problema es cuando la tendencia se hace crónica y nos hace sentir insatisfechos. Esto suele ocurrir porque se produce una situación extraña, en la que se evita el sexo, pero a la vez se echa de menos las satisfacciones que aporta, tanto afectivas como fisiológicas.
Por eso, los sexólogos proponen cuidar a la pareja teniendo en cuenta que la convivencia puede ser una prueba para el amor y el sexo. Está claro que la cercanía nos puede volver sexualmente vagos, por eso recomiendan programar sesiones de verdadera convivencia en pareja, que incluyan actividades lúdicas compartidas que abran la puerta al juego de la seducción y el sexo.
Gestionar adecuadamente nuestro tiempo, incluyendo el sexo como actividad, es la mejor manera de no caer en la procrastinación.
Publicado en… | Sexo, amores y desamores
Imagen | El País