Imagen | Yarte.
Esta canción llegó, creo, en el momento adecuado, cuando muchos seres humanos, sobreviven a la violencia (ya sea física, verbal o psicológica). Y esta canción dice mucho, se entiende todo, es un tema que de alegre, tiene más bien poco. Y quizá hasta alguno debería plantearse que “Nadie tiene que beberse las calles”.
Para definir esta canción, solo puedo decir, que Pasión, canta con pasión una canción que no tiene desperdicio, ni en letra ni en música y hasta en escenografía.
María pensó que el amor era un mandamiento de dos y esperando el primer beso se hace vieja ante el espejo y limpia su llanto, maquilla sus heridas y se le va la vida.
Recuerda la primera vez que él le juró que fue sin querer y en los hijos que vivieron prisioneros de su miedo.
María soñaba con ser la princesa de los cabellos de oro y la boca de fresa.
María se fue una mañana, María sin decir nada, María ya no tiene miedo, María empieza de nuevo.
María yo te necesito, María escapó de sus gritos, se bebe las calles… María…
Ella nunca dice que no, es la esclava de su señor, ella siempre lo perdona a sus pies sobre la lona, su patria su casa, su mundo la cocina y se le viene encima.
Un día dejó el corazón abandonado en su colchón, solo piensa en ver su cuerpo, ¡ay! del quinto mandamiento.
María no tiene dolor en la sangre, María se apaga y no lo sabe nadie.
María se fue una mañana, María sin decir nada, María ya no tiene miedo, María empieza de nuevo.
María yo te necesito, María escapó de sus gritos, se bebe las calles.. María…
María se fue una mañana, María sin decir nada, María ya no tiene miedo, María empieza de nuevo.
María yo te necesito, María escapó de sus gritos, se bebe las calles… María… María…
María pensó que el amor era un mandamiento de dos…
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